miércoles, 23 de marzo de 2011

De primero, alfombras

Voy a empezar a mostrar mis trabajos. Me he decidido por las alfombras. Se trata de un proyecto sencillo pero trabajoso. El proceso es lento y hay que dedicarle tiempo, pero qué pocas satisfacciones llegan sin esfuerzo, ¿verdad?. Además, en esto lo importante es el camino, no la meta, aunque tengo que decir que el camino en esta labor no es tan divertido como en otras; vamos, que resulta un poco aburrido anudar y anudar y anudar... aunque también depende del dibujo elegido.

En primer lugar, os hablaré de la elección de la lana. Mis dos primeras alfombras las tejí con lana natural; la tercera -la cuadrada, con formas concéntricas del color del arcoíris- con acrílico. El motivo del cambio se debió a la carta de colores, y es que la gama de las lanas naturales que venden en El Gato Negro para tejer alfombra  es preciosa pero los tonos son suaves, un tanto apagados, y como la última de las alfombras estaba destinada a una habitación infantil y buscaba colores alegres, la lana natural no me convencía. En el caso de los acrílicos, había de todo, incluidos tonos mucho más vivos.



Las lanas se venden al peso en madejas. Por tanto, lo primero que hay que hacer es convertir las madejas en ovillos y, posteriormente, éstos en trozos pequeños del mismo tamaño -unos 8 centímetros, más o menos. Para esta labor, venden un taco de madera con una hendidura a lo largo. Alrededor de este taco se enrolla la lana para luego cortarla introduciendo la tijera por la hendidura. Es muy sencillo, pero lleva bastante tiempo. Algunas personas me han hablado de que existen kits donde la lana ya viene cortada.

Una vez que hemos cortado la lana en pequeños trozos, es momento de anudarla a la urdimbre. En El Gato Negro venden el cañamazo ya cortado en forma rectangular -para alfombras de alcoba- o bien puedes comprar la medida que quieras. No recuerdo qué ancho tiene. Mis dos primeras alfombras fueron rectangulares, con la urdimbre de alfombra de alcoba. Con la tercera, compré un metro cuadrado de cañamazo. También venden cañamazos con el dibujo ya hecho, pero los diseños disponibles no me gustaban y decidí inventarme los motivos. Para no complicarme demasiado, opté en las tres alfombras por motivos geométricos y repetitivos.

Para anudar la lana al cañamazo se necesita una herramienta que tiene un gancho donde se colocala la lana y que permite introducir el trozo en el agujero de la urdimbre. Es una maniobra muy sencilla, aunque resulta un tanto agotador repetirla una y otra vez. Para que os hagáis idea, en la alfombra arcoíris tuve que realizar más de 14.000 nudos.

Cuando se acaban los nudos, le toca el turno al remate. En esta labor ingrata he tenido la colaboración impagable de mi madre, que ha cosido a mano el revestimiento -una tela gruesa, loneta o similar- de las tres alfombras dejándose la yema de los dedos con la aguja. Sobre todo en la grande, en la que anudé casi al borde del cañamazo y éste se fue deshaciendo, con lo que tuve que enderezar algún que otro nudo. Luego, cuando mi madre tuvo que coser la teja de abajo se las vio y se las deseó para rematar.

En definitiva, aunque esta labor puede ser un poco monótona -por lo menos para mí, porque elegí diseños con pocos cambios de color- y en ocasiones agotadora, el resultado es muy satisfactorio. Como dice Diego, el resultado es "un auténtico producto", vamos, que no parece casero... Además, son alfombras que dan muchísimo calor y aunque pierden pelo y cogen pelusas, ¡¡de la lavadora salen como nuevas!!


 

1 comentario:

  1. Te diria que con un PAP tan bueno y tan detallado de como hacer una alfombra... me dan ganas de hacer una..... pero te mentiría!!! Soy más de "aquí te pillo, aquí te mato"... me gusta ver los resultados rápidamente...
    Primapost, qué paciencia con tanto nudo!!

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