Hemos llegado al final de este primer menú. Mi fiel seguidora y seño me sugiere que anime el café con una del Club de los Viernes. Puedo contaros cómo surgió todo, cómo estamos de ilusionadas, pero poco puedo mostrar porque todavía las reuniones no han dado su fruto. Por eso, me lo guardo para otra entrada. Hoy voy a enseñaros broches que he realizado yo misma.
Antes de nada, tengo que confesaros que los broches me vuelven loca. Y esta locura no viene desde que se han puesto tan de moda. De siempre recuerdo que me gustaban los pines, las chapas y, ya de mayor, los broches. Recuerdo uno de resina con forma de regalo, azul con un gran lazo rosa, que Josefina nos compró a Bea y a mí. Tendríamos ocho o diez años. Pasado el tiempo, lo rescaté de algún joyero de infancia que rodaba por casa y me lo coloqué en la solapa del abrigo. La pena es que lo perdí.
También me viene a la mente la foto de clase de quinto o sexto de EGB. Aparecemos todas igualitas, con nuestro uniforme gris con chaqueta azul marino, y sobre la mía y llamando la atención una surtida muestra de chapas, creo recordar que, entre otros, eran de Snoopy y de Hello Kitty (sí, por entonces me gustaba; hoy la detesto!).
Tengo broches de alfiler -los menos, aunque me encantan-, de cristalitos tipo Swarovski, con formas de mariposas, libélulas, mariquitas, arañas..., flores, chapas de colores, etc, etc, etc. Tenía un enorme clavel naranja de madera que perdí. Me recordaba a la flor que llevan los payasos en la solapa y me gustaba mucho porque transmitía alegría, simpatía, humor...
Sin embargo, pese a que me encantan todo tipo de piezas, no he logrado hacer broches que me terminen de convencer. Quizás sea precisamente porque me gustan mucho y me exijo demasiado a la hora de crear uno. Hoy voy a mostraros dos que he hecho recientemente a rebufo de la cantidad de tiendas de abalorios que han proliferado en los últimos meses.
Puedo contar hasta siete tiendas especializadas en bisutería handmade en Santander. Cada día tienen material más variado con unos diseños ideales. En la mayoría de las ocasiones, cuando me he acercado a estas tiendas he comprado piezas ya montadas, pero en otras -las menos- me he lanzado a la fabricación casera. Un par de collares que mostraré algún día y un par de broches son toda mi producción.
Cuando era pequeña tenía un imperdible adornado con abalorios de colores -rojos, amarillos y azules- que, según tengo entendido, me regalaron unos primos (esto último tengo que confirmarlo con mi madre). Ese imperdible estaba prendido en una falda escocesa verde de tablas. Siempre me gustó.
Por eso, a la hora de confeccionar broches me atraen los de imperdible con arandelas para colgar piezas y ése es el caso de los dos que traigo hoy aquí.
Broche de mariquitas:
La elaboración en bien simple. El mérito, si es que tiene alguno, es elegir la combinación de piezas que cuelgan del imperdible. Luego, éstas se unen a éste mediante unas arandelas que se abren y cierran fácilmente con unas pinzas apropiadas que venden en las tiendas antes citadas y que yo no tengo, así que me apañé con pinzas de depilar y las uñas... El lazo es de algodón (made in Pontejos) y lo coloqué para darle un poco más de alegría. Para impedir que el lazo tapara las mariquitas lo anudé a la parte superior del imperdible sin darme cuenta que esa parte es la que no se ve porque queda por detrás de la solapa. En fin, que cuando me pongo el broche el lazo se desplaza a un lado...
Broche de ositos:
Como ya tenía la experiencia del broche anterior, aquí decidí prescindir del lazo. Simplemente uní los tres osos con el imperdible mediante arandelas. La pega inicial fue que los osos son más anchos que el espacio que hay entre argolla y argolla, de modo que quedan montados unos sobre otros, pero una vez puesto queda bien. Me gusta este broche, y eso que soy anti-TOUS.
Por último, os enseño un broche que hice hace ya algún tiempo:
Elaborado con fieltro, bolas de colores y cordón de cuero. He hecho algún intento más con fieltro, pero no me ha gustado el resultado. A ver si me pongo otra vez con ello y sale algo aprovechable...
Buenas noches.
Seguidora fiel al aparato... ¿digamelón???
ResponderEliminarQUé que le digo.... pues que a mi también me rechiflan los broches, oiga.... los de "colgajos"... no mucho... pero de fieltro... botones... un agujón y una bola de fieltro... broche al canto!!!
;(