Un fin de semana muy productivo

Estoy contenta. Este fin de semana ha sido muy productivo. El sábado participé en un taller de reciclaje de ropa. Nos dieron unos datos reveladores de la incidencia brutal que sobre el medio ambiente tiene la superproducción textil: la cantidad de agua que se contamina para hacer sólo una camiseta o las vidas que se dañan y pierden para envejecer un par de vaqueros, por dar un par de ejemplos solamente.

A partir de ahora, cuando tenga entre mis manos una de esas camisetas estupendas que cuestan cuatro duros, perdón, cuatro euros, lo pensaré dos veces a la hora de comprar. Ya no tendré que tener sólo en cuenta que no tengo más espacio en los armarios; también pensaré en lo que hay detrás de su producción.

Eso fue la parte teórica. Luego, la idea era buscar nuevos usos a la ropa que tenemos por casa y que no queremos tirar. Llevé un vestido que hace años diseñamos mi madre y yo pero que no termina de convencerme. Con ayuda de Laura, la diseñadora de moda que impartía el curso, vimos cómo darle un poco de vida. Si al final hago algo con ello, os lo enseñaré.

Después, aprendí cómo hacer amajuelas ¿?, esto es, patchword a la española... y al final improvisé un broche...

Al día siguiente, teníamos la segunda quedada de El Club de los Viernes. Fuimos pocas pero bien avenidas y con la ayuda de Mari Nieves, Clara y yo pudimos terminar una flor hecha con punto de dos agujas. La verdad es que tiene mérito, si tenemos en cuenta que he hecho punto en mi vida sólo en un par de ocasiones...

La flor la hice con agujas de 4,5, a pesar de que la seño nos había pedido que lleváramos del 2,5, pero no encontré más pequeñas. Sin embargo, el resultado con esas agujas fue bastante bueno, ¿no creeis? Las hojas, las hizo Mari Nieves en un pis pas para que el broche quedara rematado. Eso sí, utilizando las agujas del 2,5. La verdad es que es un broche muy resultón...