Mi primer encargo

A mediados de agosto recibí un mensaje que me dejó atónita. Una amiga me pedía que le hiciera un cuaderno de viajes para su próxima visita a Berlín. Me decía que le gustaba lo que hago y que, por eso, quería saber si estaba interesada en aceptar su propuesta.

La verdad es que al principio no supe qué responder. Por un lado, era un halago saber que alguien disfruta con lo que haces y te confía un trabajo así. Por otro lado, nunca he vendido nada y me resultaba embarazoso ponerle precio.

Finalmente, acepté el reto, si bien no supe cumplir con el compromiso que me pidió, y en vez de tenerlo listo para el momento de emprender viaje, la paciente Lourdes lo recibió casi un mes después de su regreso. Y es que nunca lo veía terminado, además de los frecuentes bloqueos que sufrí a lo largo de su ejecución.

Os cuento ahora cómo lo hice.

Inicialmente pensaba hacer un cuaderno yo misma, a partir de carpetas guardadocumentos de color marrón que me gustan tanto. Sin embargo, era un gran problema cómo unirlas y que quedara un acabado presentable. Ahora podría atreverme un poco más, gracias a los talleres que he hecho con Giuliano, de Art Papel, y que ya contaré más adelante.

Por eso, cuando descubrí en Ikea un álbum de fotos vi el cielo abierto.Se trataba de un álbum de cubierta dura en color azul oscuro y con un leve relieve de un árbol. En su interior, cincuenta páginas de cartulina blanca unidas con espiral.

Lo primero que hice fue transformar el exterior, que forré con aironfix aterciopelado color vainilla en la portada, fucsia en la trasera y marrón chocolate en el lomo. Además, en la portada coloqué un pequeño cartel realizado en papel marrón ondulado sobre el que coloqué la palabra Berlín 2011.

Completé la decoración con una tira del terciopelo fucsia y una bicicleta antigua en cartón adhesivo. Lourdes me contó que tenían intención de montar en bici durante su estancia, y recientemente había visto un reportaje sobre el uso que los berlineses hacen de la bicicleta, así que me pareció una buena idea colocarla en su portada.

En el interior, manché todas sus páginas con Glimmer Mist de tonos rojos, ocres y verdes -en cada par de páginas utilicé un color- que apliqué colocando previamente las letras de la palabra Berlín a modo de máscara. De esta forma, la palabra Berlín aparece en cada doble página colocada de distintas disposiciones: horizontal, vertical, del revés, a la izquierda, a la derecha, arriba, abajo,etc. Con ello pretendía dar unidad al álbum.

Después, estampé distintos sellos aleatoriamente en algunas páginas. Primero utilicé una placa de estampado de lunares que coloqué aquí y allá. Luego, cogí una colección de sellos sobre viajes y fui estampando una maleta, un galeón, una avioneta... 

Para terminar de dar uniformidad al trabajo, manché los cantos de las hojas con Distress, y coloqué el número de las páginas impreso en papel milimetrado que monté sobre varias cartulinas, de modo que tenían volumen. Utilicé una tipografía de máquina de escribir antigua y un color similar al de la tinta Distress.

Luego, dividí el álbum en dos partes. Una primera, la más extensa, para que Lourdes escribiera sus experiencias en Berlín. Y la otra, con espacio para colocar una selección de fotografías.

Para la primera parte, utilicé papel cebolla. Como ya había manchado las páginas con Glimmer Mist y Distress, me parecía que el texto no se iba a apreciar, o que a Lourdes le costaría escribir sobre las imágenes. Por eso, busqué la forma de colocar un papel encima y, tras consultar en la papelería, la única solución pasaba por el papel cebolla.

El resultado que me ha dado no me convence demasiado. Me parece un poco rígido y creo que determinados bolígrafos resbalan. Además, con la presión de las páginas termina por arrugarse y crear "bolsas". Estos detalles me los apunto para el próximo proyecto, pero por ahora es lo que hay, así que continúo explicando.

El papel cebolla -en el que previamente imprimí unas líneas con un tono muy leve, a modo de guía a la hora de escribir- lo coloqué sobre las páginas, pegándolo con cinta de doble cara y, a modo de decoración, con whasi tape en las cuatro esquinas, para dar un efecto de pegado con celo.

Tengo que decir que inicialmente utilicé cinta de carrocero, con muy buen resultado. Pero luego me llegó un kit de whasi tape procedente de Londres que encargué a Clara,  y decidí cambiarla. De nuevo, el resultado no me termina de convencer. Con la cinta de carrocero las esquinas del papel cebolla no se movían, con whasi tape están prácticamente todas levantadas.

Cada dos o tres páginas de texto, dejé una página para colocar alguna fotografía. En estas páginas pegué unas etiquetas vintage, que rematé con puntilla a modo de cordín, donde Lourdes podrá colocar el pie de cada fotografía.

Entre la primera parte y la segunda, hice una doble página con distintos bolsillos en los que introducir las entradas a museos, los tickets de tiendas y restaurantes, los billetes de transporte o las tarjetas de las tiendas más interesantes. Los bolsillos están realizados en papel cebolla y decorados con papel milimetrado y aironfix chocolate, con la finalidad de dar coherencia al trabajo y traer a esta doble página los elementos más utilizados.

La segunda parte, como decía, es la dedicada a las fotografías. Decidí titular este apartado "Momentos". Estampé cada letra en papel milimetrado que monté sobre cartulina marrón de carpeta guardadocumentos. Los trozos de un papel y otro son irregulares, y me encanta cómo quedó, así que, esto sí, lo repetiré en próximos trabajos. Debajo de "Momentos" pegué una vieja cámara fotográfica impresa a color sobre una placa de madera, obra del ya muy nombrado en este blog Porkchop Show.

Para este apartado no utilicé los tags vintage que coloqué en la primera parte, sino una colección de tickets de Tim Holz que es ideal, como todo lo que diseña este hombre.

Para concluir, un enorme sobre donde meter los planos y mapas de Berlín, que coloqué en el revés de la portada y junto a la portada interior....

...una "tarjeta de embarque" impresa en papel milimetrado donde contar qué vuelos cogieron, en qué hotel se alojaron, qué lugares visitaron...

  y una última página donde estampé mi recién creado sello de linóleo, que carvé en un taller de Mundanalrüido monopolizado por miembras de El Club de los Viernes...

Aquí os dejo algunos detalles...

Lourdes quedó muy contenta y, por eso, yo también...